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AÚN TE RECUERDO - ANDRÉS SUÁREZ



Aún te recuerdo: 

Aún te recuerdo... 
con la palma de tu mano en mi jardín, 
con la voz de mi piano en tu reloj, 
con tu acento acariciándome el amor... 

Aún te recuerdo... 
goteando notas de felicidad, 
con tu mala suerte y mi ropa interior, 
con las ganas de parar el ascensor... 

Te recuerdo como un niño en día de reyes sin tambor, 
como olas de una playa en mes de abril, 
escribiéndote en la arena "ven a ver". 

Te recuerdo como un preso recordando libertad, 
con la duda de si has olvidado ya 
entre el llanto de los ruidos de ciudad. 

Hay un niño en el mercado que me mira con tus ojos, 
ya no sé si por momentos eres tú. 
Llega tarde el colectivo y me entretengo con el guiño 
del volar equivocado de un avión. 

Con sus alas, soñándome ya con ellas, 
esquivando nubes, desnudarte como lo hice ayer. 
Que, antes de que pise tierra, tiembles de temor 
sabiendo la locura que en tus labios fui a beber. 

No me atrevo a abrir los ojos, 
pues te juro que hace un rato 
es tu voz la que escuché, casi gritando. 

Y, de no ser tu rostro, acabaría con todo: 
con los ríos, las cosechas, los mares, la poesía... 

Nadie va a hacerme reír si no es tu risa.

Andrés Suárez.

Rafael Turia.
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LA ROSA - ÁNGELA BECERRA



La rosa:

Se está muriendo la rosa.
Bajo su rostro cansado de haber buscado
el sol anclado en un florero.
Sus espinas de nada le sirvieron. Le arrancaron el alma.
Cada pétalo se ha ido encogiendo de tristeza,
perdiendo su tersura
ante la despiadada mirada de la gente.
Se está muriendo la rosa. Le cortaron la fuente
que le daba la vida.
Le robaron sentires que la hacían estar viva.
Le dieron agua y ella quería vida. Música de abejas en sus labios.
Alas de picaflores en sus ojos.
Quería sentir amanecer rocío, en sus mejillas.
Besar cada mañana mariposas.
Bailar, dejándose llevar, en danza por el viento.
Se está muriendo la romántica rosa…
Inclina con dolor todo su cuerpo.
Se rinde ante los hombres.

Ángela Becerra.

Rafael Turia.
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DE QUÉ CALLADA MANERA - NICOLÁS GUILLÉN



De qué callada manera:

¡De qué callada manera
se me adentra usted sonriendo,
como si fuera
la primavera!
(Yo, muriendo.)

Y de qué modo sutil
me derramó en la camisa
todas las flores de abril.

¿Quién le dijo que yo era
risa siempre, nunca llanto,
como si fuera
la primavera?
(No soy tanto.)

En cambio, ¡qué espiritual
que usted me brinde una rosa
de su rosal principal!

¡De qué callada manera
se me adentra usted sonriendo,
como si fuera
la primavera!
(Yo, muriendo.)

Nicolás Guillén.

Rafael Turia.
 
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