SOY


Soy esa niña que no quiere crecer, que vuela con Peter Pan cada noche rompiendo las nubes plagadas de sueños imposibles. Soy esa niña que pese a sus treinta y cinco primaveras sigue saltando en los charcos, manchándose la cara cuando come chocolate y gastando bromas a escondidas. Soy esa niña a la que se le saltan los colores cuando le pillan en una mentira; soy esa niña que necesita ser querida no solo con palabras; soy esa niña que necesita los brazos de su madre y los consejos de su padre.

No soy esa mujer perfecta que ves en los anuncios y en el cine; no soy esa mujer impecable que se despierta impoluta, peinada y maquillada, de buen humor y con buena cara; no soy esa mujer que se pasa todo el día subida en unos tacones de quince centímetros y embutida en ropa que apenas la deja respirar; no soy esa mujer refinada y educada, que siempre tiene la palabra adecuada en el momento oportuno. Soy una mujer llena de imperfecciones, que se despierta despeinada, de mal humor; soy una mujer con arrugas y canas, con cicatrices en la piel y en el alma; soy una mujer que se viste con chándal y vaqueros, zapato plano y una coleta que despeina el viento en cuanto sale de casa; soy una mujer que comete errores, que no siempre dice lo correcto, a la que a veces le pierde la boca.

Soy esa amante que ya no te busca por las noches, pero que cuando te encuentra disfruta de ti como nunca, regalándote orgásmicos quejidos que nos llevan al nirvana. Soy esa amante, que también es amiga y esposa, siempre a tu lado, que te escucha aunque a veces no te comprenda, que te apoya y te anima y que también te necesita. Soy esa amante que te ama, no más o menos que antes, sino de manera diferente porque ambos ya no somos los mismos que hace doce años. Soy esa amante de tu vida, de esa vida que es la nuestra.

No soy esa madre que se enamoró de ti en cuanto te vio; no soy esa madre cuyo instinto maternal se implantó en su cerebro nada más conocer que crecías dentro de mí; no soy esa madre que solo habla de ti, que intenta quedarse por encima de las otras madres diciendo que tú eres más que los demás; no soy esa madre que dice que todo lo haces bien, que eres el bebé perfecto. No soy esa madre que te parió y dijo que todo era de color de rosa y que tenerte fue lo mejor que le había pasado en la vida. Soy esa madre a la que le costó adaptarse a ti, a la que las hormonas bandearon entre la depresión, la ansiedad y la indiferencia, que sufrió porque no sabía muy bien qué hacer contigo. Soy esa madre que descubrió hace muy poco lo que significaba ser madre. Soy esa madre que se desespera y llora cuando te despiertas tres veces seguidas a las dos de la mañana y se tiene que levantar para acunarte y cantarte, porque necesita dormir y descansar; soy esa madre que se agobia si no comes, si no descansas, si no estás bien; soy esa madre que está deseando y temiendo a partes iguales que crezcas; soy esa madre que ahora sí dice que eres lo mejor que le ha pasado en la vida.

Soy… soy tantas cosas que a veces no sé ni quién soy. Cada día me miro al espejo y descubro algo diferente, nuevo, sorprendente. Lo que sí sé es que ahora y siempre seré yo. Yo misma. Seré niña, seré hija, seré mujer, seré amante, seré esposa, seré amiga y seré madre pero siempre, ante todo y pese a todo, seré yo.

María de las Nieves Fernández,
autora de "Los ojos del misterio" y "Confluencia".
@Marynfc
Facebook: Los mundos de Nieves.


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