TE LO CUENTO A MI SABINA


Saca el pañuelo blanco, Juanito, que el niño asoma la testa.
Le dijo Amparito que casi saca al crío entre el asfalto y la curva.
Pero qué prisas tenía el niño por dar la bienvenida,
Por entrevistarse cuando faltaban aún todas las entrevistas.

Era el tercero y creció en la última fila de las butacas de un barrio obrero.
Heredó unos profesores de segunda mano y amigos nuevos,
¡Otro Arrébola tenemos! Repetía el señor Toledo,
“Voy a cerrar el colegio chaval, vete a otro sitio a hacer el gamberro!”

Y entre papiroflexia mal doblada, entre plastelina mal moldeada,
entre números que restaban, ¡Anda y estudia el bachiller de tu hermana!.
Junta letras que tú para eso tienes mucha labia,
y tus labios a falta de besos ya están curtidos en mil palabras.

Tecleando en el aula el teclado de su cerebro,
se sacó una carrera pero se guardó su miembro.
Y es que a falta de piernas las chicas solo abrían heridas.
Dichosas las letras de niñas bonitas de las “provincies”.

Perdona Arrébola pero guárdate tus clases de Hitchcock,
para ligar conmigo sólo precisas la claqueta de un morreo.
No te olvides de darme un traguito de ese bourbon de pueblo.
Donde pueda ahogarte entre hielos tus urbanos suspiros.

Quítate el tejano de esos viernes de tejados de Razzmatazz,
Ponte el traje de lunes a jueves bajo el hashtag Apetece,
cámbiale a esa hermosa actriz el predicado que la pregunta promete,
¡Guapa, quiero tus verbos y sonrisas para anudarme bien las corbatas!

En San Sebastián o en Cannes se oye el grito ¿¿Queda alguna rubia lista??
Te pongo estrellas y una alfombra roja y una rueda de prensa a la vista,
Preguntarle todo a tu cuerpo y que tus respuestas sean caricias,
alguien sueña con escribir otros versos de tinta más fina...
Le llamaban algo así como Daniel Arrébola,
y te lo cuento a mi Sabina.

D.A.C.

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