SIEMPRE FUISTE


Si cierro los ojos y me alejo del mundo real puedo recordar el tacto de tus dedos acariciando mis esquinas. A veces, confieso, que te recuerdo más de lo debido. Pero qué le voy hacer si ya no estás y es la única manera de sentirte cerca. No es que quiera que vuelvas, de hecho, prefiero la sensación poderosa de recordarte únicamente cuando yo quiera.

Siempre fuiste de doler, ese fue tu peor defecto, dolías demasiado. Una decepción tras otra que sabías adornar de palabras y caricias bonitas, por no decir de intenciones vacías y mentiras. Siempre fuiste igual, el típico cabrón que siempre dice pero nunca hace, del tipo de persona que promete la luna cuando todavía hay sol. Un mentiroso, un rastrero. Lo que más dolía de todo era saber que me amabas, porque lo hacías día a día y noche a noche. Pero alguien dijo que a veces el amor no es suficiente. Y eso fue lo que pasó. Dolías tanto que ni siquiera tu propio amor supo curarme.

Blanca de Paco.

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