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ALÉJATE, OLVIDO


Escribo a aquel lugar donde habita el olvido. Donde se deben guardar todas las diapositivas de lo vivido; de cada beso, de cada baile, de cada acto de amor. Escribo al olvido pidiéndole que se aleje de mí, de ti. Que nos deje un rato más amarnos en cualquier lugar, sin prisa y por supuesto, sin pausa. Que nos deje bañarnos en sonrisas, posar la felicidad en los labios del otro. Le pido al olvido que se vaya lejos, que se pose en otros lugares donde le necesitan más. 

Nunca fui de confiar en el amor, pero esta vez, no confío en él si no en ti y eso es lo que me hace sentir que quiero besarme contigo en todos los rincones del mundo hasta que el olvido venga a buscarnos, o quizás es el propio olvido que se olvida de nosotros. Quién sabe. ¡Y que se olvide!

Blanca de Paco.
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SOY BARCELONA


Me desperté con una sonrisa en las calles y acabé el día oscura y empapada en lágrimas. Asombrada del mundo, decepcionada, triste. Y yo sí lo digo, pasé miedo. Alguien me atacó en el corazón.  ¿Sabéis cómo me sentí? Estafada. Yo, Barcelona, abriendo las puertas a todo aquel que viene a verme, haciéndole sentir afortunado de pasear por mis calles, dejándole sentir mi aire. Y de repente, alguien atentó contra mí, contra los míos. Contra todos aquellos que me hacen ser quien soy. No lo entendí cuando atacaron a otras ciudades y tampoco entiendo que me lo hicieran a mí. Solo encuentro una explicación a todo esto y es el mal. Cada una de las personas que forman parte de este asesinato son demonios. Hablan en nombre de un dios y se equivocan. El demonio está en sus venas. Me atrevo a decirlo. 

Pero esto no va a quedar así, voy a vengarme y vosotros vais a ayudarme. Voy a volver a brillar y cada uno de vosotros me vais a ayudar a ponerme más guapa que nunca. Vais a reír en mis calles, vais a adornarlas con vuestra preciosa sonrisa, os vais a besar en medio de las Ramblas y os acordareis de mí y de aquellos que se han ido cada vez que paseéis por allí. Nunca han podido conmigo y no lo van a conseguir ahora. Debemos seguir, poner una tirita en nuestra alma y combatir con los demonios con nuestra mejor arma; la solidaridad y el amor. Lo que les falta a ellos. Todos somos Barcelona como en su momento fuimos París, Londres o Berlín. No tenemos miedo.

#BarcelonaAmbTu

Blanca de Paco.
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A FUEGO LENTO


Anoche pensé en ti 
mientras doblaba mis sentimientos 
para ordenarlos un poco.
Me molesta el desorden  
que me provocas,
aunque a veces  sólo quiero que me desordenes.

Si me miras despacio
verás cómo la Luna se esconde en mis ojos.
Soy luz en las tinieblas,
para ti,
 si me miras.

A fuego lento me quemo despacio
mientras me tomo el café de las nueve,
caliente y amargo,
como tu silencio a ratos.

A fuego lento ardo en tus ojos
cuando leo las intenciones 
que se te dibujan en la cara.

Me quedo sin palabras,
esas que tú nunca usas,
pero te leo entre líneas
como si fueras un libro.
Mi favorito.

A fuego lento me derrites
cuando me escribes tuya 
entre las páginas del libro que no eres,
desnudándome de sueños
entre ficciones de realidad en clave.

Me reduzco a cenizas
para resurgir cual ave fénix,
y que me derritas de nuevo
sin siquiera tocarme.

Andrea.

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TENGO QUE DEJAR DE ESPERARTE


Intento no pensar en ti cuando alguien roza mi cintura. Intento dejarme llevar en otros labios por el mero hecho de sentir algo diferente, pero cuando más beso, más te extraño. Y por ese motivo, me encuentro en un círculo vicioso desde que te fuiste. Todo me recuerda a ti. Cada esquina, cada postre, cada carretera, cada paisaje. Un sinfín de emociones que me persiguen desde el primer minuto del día. Miro a mi alrededor, manteniéndome a la espera de un rescate triunfal. Pero eso nunca sucede. Jamás. «Tengo que dejar de esperarte» es la frase que añado al café de mis mañanas. Y supongo que poco a poco lo conseguiré. Dejaré de esperar algo de ti, te dejaré libre de mis pensamientos y mi sonrisa empezará a brillar como lo hacía antes de ti. Solo necesito tiempo. Algún día no dolerás. Y sé que el que no duelas depende de mí. Como todo en esta vida. Porque cuando tu compañero es el dolor, aprendes que el dejar de sufrir depende de una decisión. Y esa decisión se reduce a la paradoja de «tengo que dejar de esperarte». Cierro los ojos y me deseo suerte.

Blanca de Paco.
 
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