TRAICIONES


Y de repente alguien te traiciona. Sin precedentes. Sin aviso. Todo se desmorona; los planes, los besos, los abrazos y la complicidad. Todo se tuerce, desaparece. Y ni siquiera te explica el porqué. Empiezas a comprender que en eso consisten las traiciones, en no entender nada de lo que te rodea. Lo que piensas que jamás te pasaría a ti, te pasa. ¿Y dime, qué nos queda? Seguir adelante. No hay más. Seguir caminando por todos aquellos que nos quieren, por todas las cosas maravillosas de la vida que ahora no somos capaces de ver. Y poco a poco entendemos que nos quedan muchas traiciones por vivir, porque ellas no entienden ni de edad, ni de clase social, ni de lugares del mundo. Así es la vida. Nos da una de cal y otra de arena, pero no hay que rendirse. Lo mejor siempre está delante y nunca detrás. No te caigas, no te hundas. No dejes que la traición te apague. Al fin y al cabo, ella llega y se va. Te quedas tú, con tu dolor y tu rencor. Llora lo que necesites sabiendo que algún día debes de dejar de hacerlo para poder pintarte una sonrisa y empezar a besar al mundo de nuevo. 

Blanca de Paco

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Así es, cuando menos te lo esperas y de quien jamás podrías haber imaginado. Las traiciones son siempre así, de hecho, así deben ser para hacer honor a su nombre, pero no olvides que a veces, solo a veces, hay traiciones que no son tal.

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