Me iba al fin del mundo contigo. A cualquier sitio. Dándonos la mano y besándonos con la mirada. No querría nada más. Quizás unas cuantas flores y el poder parar todos los relojes de este mundo. Viajar a cualquier duna y sentir que somos libres de todo, incluso de nosotros mismos. Sentir tu respiración, tu corazón. Que me mires y me digas que nada de esto ha pasado, que seguimos floreciendo como las rosas en primavera. Que podemos comernos el mundo y a nosotros mismos. Vivir de los juegos de miradas. Sentirnos cerca. No dejar que corra el aire. Besarnos hasta que cierren todos los locales podridos y pudrirnos juntos; con nuestros ángeles y nuestros demonios. Entender que somos incondicionales, que somos los mismos de ayer y la mejora del mañana. Ser nuestras sombras y reencarnarnos en una historia de amor que empezó por casualidad y acabó por empeño. Sentirnos vivos, que formamos parte de nuestro universo. Y con eso, viajar a cualquier parte.
Blanca de Paco.
@blancadepaco
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