LA REALIDAD. CRÓNICAS CANALLAS - ROBERT JUAN-CANTAVELLA

Las crónicas en los periódicos suelen aborrecerme: nunca las acabo de leer enteras. Hago la lectura en diagonal, en mi cabeza se subrayan palabras en negrita y me quedo con la idea general. Necesito tener algo que me enganche, un cliff hanger: no lo encuentro a menudo.

Robert Juan-Cantavella ha conseguido que sus artículos, sus pequeñas piezas, no sean leídas superficialmente. No sé qué es lo que tiene. La cubierta del libro me dice que es una «prosa satírica», que es «un canalla» (quizá de aquí le viene el nombre del libro, La Realidad: Crónicas Canallas), mientras me saluda un Rajoy con pico de Angry Bird. Y es que quizás la primera impresión de este libro es transparente: negro y rosa, con una estética que me recuerda al tercer disco de Avril Lavigne, divertida, canalla. Así escribe también Juan-Cantavella, aunque, otra vez, no sabría definir qué lo hace especial.

Esta será una reseña vaga y confusa, ya que, al no poder especificar su bonita rareza, pocas ideas me quedan para poder recomendar este libro. Así que voy a tirar de la experiencia personal, una detrás de otra, que a veces habla más que cualquier técnica que tenga el escritor. Lo que me molesta del periodismo, y de las crónicas, acostumbra a ser la imparcialidad con la que a menudo se narran los hechos: de ahí que solamente me lea columnas de opinión o las críticas y reseñas. Sin embargo, la objetividad o imparcialidad de Juan-Cantavella no me ha molestado, es más, consigue que, aunque no sepa de lo que está hablando (no sabía quién era Bret Easton Ellis, o Curtis Garland) tenga ganas de leer, y leer, y después de leer, documentarme sobre lo que habla y esto, señor Juan-Cantavella, en mí es un logro. Él es una cámara que no solamente narra, sino que filtra lo que ve, lo pasa por su propio estilo, lo analiza, y el resultado es un cóctel entre lo esperpéntico de lo que narra, lo punzante que resulta y la admiración que me despierta.

La pieza que más me chocó, quizá porque fue la que más cerca sentí, fue Polis y Cacos I, dónde habla de el debate de 2011 entre Rajoy y Rubalcaba. ¿Qué pensará el autor cinco años después, viendo el debate de hace una semana? Este texto me dolió en el alma, porque todo lo que él decía yo, inevitablemente, lo ligaba con el momento político que vivimos ahora. Podemos ser negativos y decir que eso es porque la política no ha cambiado en absoluto, o podemos afrontarlo con optimismo y pensar que Juan-Cantavella fue un visionario.

Con Juan-Cantavella he aprendido. Y hace mucho que no aprendo con la literatura. Ni con los periódicos, ni con el televisor. Me toca, me emociona, pero no me desata curiosidad. Con La Realidad: Crónicas Canallas, me siento como una niña pequeña que empieza a descubrir el mundo. Lo hace de manera cruel, satírica y punzante, pero, ¿qué mejor forma de descubrir cómo es el mundo realmente?

Andrea Rovira.

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