ESPERANDO A MISTER BOJANGLES - OLIVIER BOURDEAUT

Bajo la mirada inocente y llena de admiración de su hijo, una pareja extasiada de amor baila constantemente al ritmo de la canción Mr. Bojangles de la maravillosa Nina Simone. «Entonces había que coger el brazo del tocadiscos y poner de nuevo el diamante al principio. Una música como aquella solamente la podía dar un diamante».

Un matrimonio que navega de la cordura a la locura y de la realidad a la utopía, una pareja que vive una felicidad sincera entre mentiras sólidas, alcohol, libros y una agitada vida social. Una pareja que se ama hasta la locura y que vive una vida familiar “idílica”. Vida definida por las excentricidades del matrimonio y por una figura materna dibujada por una locura ferviente que huye de toda preocupación o pena. Una locura entrañable y divertida que te hará sentir compasión, una contradicción maravillosa y una combinación de emociones desconcertante y turbadora.

El narrador explica la historia de su familia con afecto y orgullo y describe a su madre con una admiración y una ternura inconmensurables sin vislumbrar ni un matiz de su locura, que a medida que avanza la historia se hace más evidente. Después de algunos hechos ineludibles, el chico empieza a ser consciente del estado esquizofrénico de su madre, pero aun siendo consciente de ello, defiende esta locura como una herramienta para luchar contra el aburrimiento y la banalidad del mundo.

Podemos darnos cuenta que el libro empieza con una historia disparatada y positiva que puede enganchar y divertir al lector o parecerle demasiado incongruente, pero acabará por ofrecer una dosis férrea de realidad que despedazará toda utopía y hará perder el ritmo despreocupado de una familia con la que te acabarás encariñando y sintiendo una ternura inverosímil.

El relato del chico se irá combinando con los escritos de Georges, el padre de familia, que los va escribiendo a lo largo de sus vidas construyendo un libro de trama imposible que narra sus extravagantes vidas y llegará a conmovernos por la sinceridad y pasión con que describe constantemente a su gran amor. «Mi padre había dejado todos su cuadernos encima del escritorio. Contenían toda nuestra vida como si fuera una novela. Había escrito todos nuestros momentos y había descrito las reacciones de mamá, sus bailes alocados y su pasión por el alcohol, sus cabreos y su preciosa sonrisa, sus mejillas llenas y sus largas pestañas que se agitaban alrededor de esos ojos embriagados de felicidad.» En definitiva, nos encontramos ante un texto que avanza a un ritmo frenético, un compás marcado por una mujer enajenada, apasionada, exaltada, enloquecida que vive una vida esquizofrénicamente feliz.

Gracias, Oliver Bourdeaut, por acercarnos a unos personajes que viven en verdades engañosas pero con unos corazones tan transparentes. Como dijo Margarite Yourcenar, el amor y la locura son los motores que hacen andar la vida.

Andrea Moreno

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